Los viernes keiko: Henry Smalls

Quien no practique kendo no entenderá uno de sus aspectos fundamentales: se crean vínculos realmente fuertes entre compañeros, mucho más que en otros deportes de contacto, que hacen que el tiempo de entrenamiento se prolongue, a veces, durante horas.

Un tercer tiempo de Zanshin Madrid en el Tempo, un martes cualquiera, pero me llevé la Canon 550D

Vamos, que anoche salimos después de entrenar y el post de hoy se quedó sin hacer

Como el post del viernes pasado, sobre kendo en silla de ruedas, quedó algo corto (y por los motivos esgrimidos en el pie de foto), hoy compartimos otro clásico: la exhibición de Henry Smalls en el Campeonato del Mundo de París de 1994.

Se le conoce en todo el mundo por este vídeo. El sobrenombre de el samurai sin piernas le llegó con el título de un documental. Es profesor de kendo (quinto dan), karate (7º dan Eisshin Ryu y Shodan Kyokushin) y kobudo; actor y consultor de Artes Marciales para cine y televisión, y el primer afroamericano en la historia que obtuvo un primer dan de kendo. Y probablemente, el único sensei afroamericano del mundo.

Este reportaje de NBC de 2010 muestra al joven Smalls como karateka y, actualmente, dando clase en su dojo de Honolulu, en la sede del Centro de Cultura Japonesa de Hawaii. Smalls sigue llevando el distintivo de Filadelfia, su ciudad natal, en su zekken.

Los viernes keiko. Uchikomi en silla de ruedas

Este es un vídeo clásico en los foros de kendo. Viene de Japón, de una exhibición del año 2000. Lo que hacen los kendokas en silla de ruedas con su instructor es, primero, uchikomi y combate después, a partir del minuto 1:40.

No son infrecuentes los casos de kendokas con diversidad funcional: Henry Smalls es conocido mundialmente como el samurai sin piernas. Ha protagonizado varios documentales, hace exhibiciones periódicas con combate real y actualmente dirige su propio dojo. Gordon Warner vuelve a aparecer en un post de viernes, porque perdió una pierna en la Segunda Guerra Mundial y ello no le impidió seguir progresando.

En estos casos encontramos a kendokas que se adaptan a la práctica: Smalls lanza desde Jodan no Kamae, lógicamente, a oponentes situados en un plano mucho más alto. En el caso de estos kenshis en silla de ruedas, resulta obvio que la adaptación es mutua: este no es el kendo que hacemos con dos piernas; ni siquiera se parece al de Smalls.

El kendo adaptado sigue siendo una curiosidad. De momento no hay un trabajo de resituación como ha ocurrido en otros deportes. Más bien cuando un instructor se encuentra con una persona en silla que dice «quiero probar», y acepta la responsabilidad, se busca la vida para que su nuevo alumno progrese de la mejor forma posible.

Maxwell Craig se vio en esta tesitura hace más de una década en su dojo de San Antonio, el River City Kyokai: el hijo de uno de sus alumnos quería hacer kendo, a pesar de ser el único niño en silla de ruedas. Hoy, los dojos de Craig en San Antonio y Houston tienen varios estudiantes en silla, con un programa de trabajo normalizado aunque integrados en las clases.

Ian Perry en combateIan Penry es ya un adulto, tiene un bogu diseñado especialmente para kendokas en silla de ruedas, y compite regularmente en taikais del Estado de Texas. En este otro vídeo, de hace cinco años, podemos verle marcar un debana kote:

Si entrenas con alguna persona con diversidad funcional y/o práctica adaptada, cuéntalo en los comentarios. Es un asunto interesante y, por el momento, totalmente virgen.